15 septiembre 2011

Mi primera semana en Budapest

Por fin escribo mi primera entrada en tierras magyares después de haber llegado aquí hace 6 días. Uno se espera que va a poder actualizar el blog todos los días y no ha sido así. Estos días han sido de vértigo de las pilas cosas que había que hacer; papeleos, buscar piso… y aún así esto aún no ha terminado.

La verdad es que ahora sólo os puedo contar de forma resumida lo que he hecho estos días. Hace una semana abandonaba mi casa en Santander a las 6 de la mañana tras despedirme de mis gatos y de horus. Mi pobre Zar estaba muy tristón y tenía llorera, me dio mucha pena. Más tarde pusimos rumbo a Madrid con mis padres y mi hermana. Allí nos pasamos el jueves y el viernes por la mañana en la Warner Bros park, pero llego la tarde y nos tuvimos que despedir en el aeropuerto. Me despedí muy rápido porque tonta de mí me pensaba que iba a perder el avión. Fui corriendo como una flecha cargada hasta arriba y vi la puerta de embarque cerrada y no había nadie, en realidad había llegado una hora antes, pero pronto los demás Erasmus llegaron, todos españoles, menos Nuno, portugués. Estábamos todos algo nerviosos y encima el avión se retrasó hora y media. Por fin cogimos el avión y llegamos  a Budapest a eso de la 1 de la mañana.  ¿Qué paso entonces? Que muy lista de mí llevaba dos maletas enormes, que si el límite eran de 32 kilos, las mías pesaban 30’5 y 32, más la de mano de 9’5 kilos. He decir que no lo hubiera logrado sin la ayuda de los otros nueve Erasmus y me ayudaron mucho a subir las maletas en el hostal al que fuimos todos casualmente. El hostal es “La Casa de la música” y es bastante conocido entre los Erasmus ya que ahí se suelen quedar todos los que buscan piso. Lo que pasa que llegamos allí a la una y pico y tuvimos que subir las maletas y ¡no había ascensor! Casi nos da algo y hasta las 3 o así no fuimos a dormir.

Allí las habitaciones son compartidas y yo llegue con las maletas y fui a entrar a una habitación donde había otras 9 chicas. Entre haciendo el menor ruido posible y deje las maletas. Luego nos dimos cuenta que tenía sólo reservada una noche y lo mismo le pasaba a otros dos chicos Erasmus. Rápidamente reservamos en otro hostal que estaba casi al lado. Esa noche me fui a dormir con la ropa puesta y apenas pude dormir. Al día siguiente nos movimos al otro hostal y nos dedicamos todos a buscar piso. Esa misma tarde yo encontré piso junto a Sabela, que es gallega, y con otras dos chicas, Julia y Laura, sevillana y gaditana, muy majas. El domingo hicimos algo de turismo por la tarde y fuimos a Buda, a la zona del castillo y el Bastión de los pescadores, pero no tengo fotos porque aún no he tenido tiempo y ya contaré más de ello en otra entrada cuando vuelva a visitarlo todo a fondo.

El lunes por la mañana nos trasladamos al piso. El piso es precioso, ya le dedicare otra entrada con fotos, después de que hagamos la limpieza general. Por otro lado, está el tema de la Universidad y¡¡ pufff!!. Esto es eterno y la burocracia mucho más lenta que la española. Aún no sé muy bien que clases tengo porque los profesores tardan lo suyo en responderte. Uno de ellos me respondió a un email hoy y dijo tan feliz que la clase había sido hoy, pero que podía ir la semana que viene, cuando le había mandado el email el lunes. En otra clase estoy yo sola y me ha mandado muchas cosas el profesor, pero sólo tendré que ir a 5 clases en todo el semestre. Ya hablaré más sobre este tema.

El otro gran tema es la fiesta. Aquí hay muchísima todos los días. Desde que llegué he salido todos los días menos una noche que me dedique a sacar la ropa de las maletas. Así que podréis imaginar lo cansada que estoy porque encima hay que levantarse pronto para los papeleos y demás. Ya hablaré de cómo son los bares más detalladamente, pero son en general todos enormes, ocupan edificios enteros y tienen una decoración de lo más pertubadora.

06 septiembre 2011

Mi erasmus en Budapest a las puertas de comenzar

Llevo un tiempo sin actualizar, pero estos últimos días los llevo un poco frenéticos de 1000 cosas que hacer como comprar cosas de última hora o despedirse de amigos y familiares. He aprovechado este ratito antes de comer para escribir lo que será mi última entrada en España antes de ir a Budapest. La verdad que ahora ya sí que empiezo a sentir agobio, estrés y nervios, sobre todo porque aún no tengo piso. Así que lo más seguro es que no vuelva a escribir en el blog hasta que me asiente y tenga las maletas deshechas.

El jueves muy de madrugada partiré a Madrid con mis padres y mi hermana y ya el viernes por la noche el destino será Budapest! Por el momento he tenido que reservar una noche en un hostal llamado "La Casa de la Música" a la que suelen ir muchos erasmus para los primeros días. De momento, mis mayores preocupaciones son el piso y las maletas. ¡Llevo tres y pesan, digamos, muchísimo! No obstante, espero poder apañarmelas, ya que hay que coger al toro por los cuernos.