29 septiembre 2012

Un día en Bratislava (Eslovaquia)


El pasado octubre un grupo de Erasmus bastante grande decidimos ir a Bratislava, capital de Eslovaquia. El viaje fue bastante corto, es decir, fuimos y venimos en el día. Podría pensarse que es una locura ver la capital de un país en un día, teniendo en cuenta también el viaje de ida y vuelta, pero no.

Todo el grupo frente al Palacio Grassalkovich
Bratislava no es una ciudad demasiado grande, al menos su centro histórico, y se puede ver en poco tiempo y sin usar transporte público ya que se puede ir prácticamente a todos lados a pie. Para ir a Bratislava desde Budapest hay dos vías, en tren y en autobús. Nosotros optamos por el tren y más o menos se tarda casi 3 horas y el precio fue de unos 16 euros ida y vuelta.

Billete del tren
Eslovaquia es un país pequeño con cinco millones y medio de habitantes. Un 85% son eslovacos y la segunda mayor población es húngara, alrededor del 10%. Bratislava apenas llega al medio millón de almas. Los primeros eslavos se asentaron en esta zona en el siglo V de nuestra era. Eslovaquia formó parte del Imperio austro-húngaro hasta después de la Primera Guerra Mundial. Fue entonces cuando se unieron la actual República Checa y Eslovaquia formando Checoslovaquia en 1918 hasta 1993. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial , Checoslovaquia cayó bajo el control del régimen comunista controlado por la URSS. Con la caída del comunismo en el año 1989, los eslovacos dirigieron sus pasos hacia la independencia y la democracia. Bratislava formó parte del Reino de Hungría cuando éste se formó hacia el año 1000, por lo que Bratislava en el siglo XIII se le concedió el título de Ciudad Real y su nombre no era Bratislava, si no Pozsony. Además la ciudad, está casi en la frontera con Austria y Viena sólo queda a 80 km. Los Cárpatos también comienzan en esta ciudad.


Una vez llegamos a Bratislava tuvimos que caminar unos 15 minutos para ir al centro puesto que estábamos en la estación de trenes. Ya llegábamos casi al centro cuando empezamos a divisar el castillo de Bratislava en el punto más alto de la ciudad. También llegamos al Palacio Grassalkovich que era la residencia de verano de un conde con el mismo nombre. Fue construido en el siglo XVIII y fue el centro de la vida social en esa época. En 1996 fue reconstruido y pasó a ser la residencia oficial del presidente de la República Eslovaca.

Palacio Grassalkovich
A partir de ahí, comenzamos a andar con la intención de subir al castillo de Bratislava. Recorrimos las calles que bordeaban el centro de la ciudad, vimos los tranvías de la ciudad y comenzamos a ir cuesta arriba para ir al castillo.


 Nos topamos con la Iglesia de la Trinidad que toma el modelo de una en Viena y la Iglesia de San Esteban de la orden de los capuchinos, la cual no es muy grande y es de estilo barroco.

                  
Iglesia de la Trinidad
San Esteban

 Subimos los casi 90 metros de la colina en la que se sitúa y desde allí pudimos disfrutar un buen rato de las vistas desde Bratislava, tanto de la parte antigua como de la más moderna al otro lado del río Danubio.


 El actual castillo no es ni la sombra de lo que era puesto que fue reconstruido en múltiples ocasiones, siendo la última reconstrucción finalizó en 1968 ya que en 1811 fue casi totalmente destruido y permaneció más de un siglo en ruinas.

Marci, Migue y yo frente al castillo
El habitante más notable del castillo fue Santa María de Hungría, hija del rey húngaro Andrés II.



Actualmente, el castillo es el museo nacional eslovaco, pero cuando fuimos a intentar acceder a él descubrimos que estaba cerrado por obras y lo que vimos del interior nos pareció todo demasiado moderno.

Vistas del puente desde el Castillo

Otras vistas de la ciudad desde el Castillo
Tras un rato largo disfrutando de las vistas, decidimos que era hora de descender, paseando tranquilamente, volvimos a adentrarnos en unas calles bastante pintorescas.



Tuvimos que cruzar una carretera para pasar al centro de la ciudad y a la principal Iglesia de Bratislava, la Catedral de San Martín del siglo XV en estilo gótico.

San Martín también estaba en obras
Esta catedral es la más grande de la ciudad y tiene su importancia porque durante su estatus como ciudad real fueron coronados un gran número de reyes húngaros, concretamente 11 reyes húngaros y 8 consortes entre 1563 y 1830. Dentro de la catedral hay unas criptas donde están enterrados varios dignatarios de la Iglesia y políticos de la ciudad.

En unos de los laterales de la Catedral
 Desgraciadamente no tuve la oportunidad de acceder al interior y eso que lo intenté varias veces en distintas horas, pero parece ser que ese día toda Bratislava se estaba casando en la catedral por lo que el paso al interior estaba totalmente vetado.

Torre de la iglesia cercana al río
 Es una pena también que en otras dos ocasiones que fui a Bratislava no me diese tiempo a visitar el interior ya que sólo estaba de paso. Quitando eso, una cosa que me pareció curiosa fue que coronando la torre de la catedral a 85 metros de altura se encuentra una réplica de la corona húngara más grande y con un peso de 300 kilos y si digo que me pareció curioso es porque se mantuvo un importante símbolo húngaro a pesar de que Eslovaquia consiguiese su independencia.

En la punta está una réplica de la corona húngara
A pesar de nuestra frustración, empezamos a pasear por las bonitas calles.

Calle del "Korzo" con la torre de la Puerta San Miguel al fondo
 Eventualmente llegamos a la principal plaza de Bratislava, la plaza Hlavné, pero no por ser la principal es una plaza que impresione, por el contrario, es una plaza bastante sencilla y no demasiado grande.

La plaza principal
 Esta plaza ya apareció antes del siglo XIII, antes de que Bratislava fuera designada como ciudad. Los elementos más significativos de la plaza son las embajadas de Japón y Francia, la fuente de Maximiliano, el edificio del Banco y el edificio del Viejo Ayuntamiento que destaca por su torre en la que hay una inscripción del año 1850 que indica el nivel de una inundación ese año.

Torre del Antiguo Ayuntamiento
 El edificio en el siglo XIV era la casa del magistrado Jakub y en el siglo XV se anexionaron los edificios burgueses próximos al edificio de la torre dando lugar a la actual forma del Antiguo Ayuntamiento, aunque desde entonces ha sufrido varias reconstrucciones. En la actualidad, alberga el museo más antiguo de Eslovaquia, el museo de la ciudad, que data del año 1868,además de un museo de justicia feudal más reciente. No obstante, cuando fui a entrar... ¡sorpresa!, estaba en reformas, para variar en mi día allí. La fuente de Maximialiano data de 1572 y es llamada así puesto que Maximiliano II de Hungría la financio, es por ello que se cree que el soldado representado en lo alto de la columna es este rey, pero tiene más fuerza el mito de que en realidad es el caballero Roland, un antiguo héroe que defendió la ciudad, de ahí que la fuente sea más conocida como fuente Roland. Existen varias leyendas sobre esta estatua, como que de vez en cuando se mueve, pero que sólo lo pueden ver los nacidos en Bratislava y de buen corazón.

Inma y yo en la fuente Roland
Hablando de estatuas, Bratislava tiene unas cuantas bastante significativas con las que los turistas pueden hacerse las típicas fotos. Todas ellas están en la plaza Hlavné y las calles próxima. Es bastante entretenido buscarlas, aunque tampoco es muy difícil encontrarlas. En la propia plaza, frente a la embajada francesa esta la estatua de un soldado napoleónico apoyada sobre un banco en representación de que las tropas de Napoleón llegaron en dos ocasiones a la ciudad.

Migue y yo con la figura napoleónica
 En la calle que da a la fuente Roland (calle Sedlárska) hay otra estatua muy famosa llamada Schöne Náci que representa a un personaje real del principio del siglo XX llamado Ignác Lamar que se convirtió en una importante figura ligada a la ciudad. Siempre iba bien vestido con un traje de frac y sombrero de copa vagando por las calles de Bratislava, especialmente por el korzo (la zona peatonal del centro de la ciudad) y se que quitaba el sombrero cuando pasaban las mujeres, las ofrecía flores y las cantaba una canción que fue famosa antes de la guerra.

Con el Schöne Náci
En el cruce de la misma calle y otra (calle  Panská) está la estatua del mirón, llamado así porque supuestamente mira debajo de las faldas de las mujeres. Esta estatua sale de un agujero y en dos ocasiones perdió la cabeza debido al descuido de conductores, por ello se puso una señal de precaución.

El Miranda
 En esta misma calle puedes sentirte como una estrella acosada por la estatua de un paparazzi que asoma por una esquina.

El paparazzi
 Por alto me pasaron algunas estatuas como la de un hombrecillo pequeño y desnudo que espía desde la fachada de un edificio o las estatuas de equilibristas. Después de esto, paramos para comer.

Continuamos por el Palacio Primacial, justo al lado del Antiguo Ayuntamiento detrás de la plaza principal. Era el palacio en estilo cásico de invierno del Arzobispo de finales del siglo XVIII, previamente había otro palacio del arzobispo de Esztergom (en la actual Hungría). En este palacio se firmo el tratado de Pressburg entre Francia y Austria tras la batalla de Austerlitz en 1805.

Parte del palacio del arzobispo
Después pasamos por la Iglesia franciscana y y su monasterio para digirnos a otro punto emblemático de la ciudad, la puerta de San Miguel en la calle Michalská.

Frente a la puerta
 Había cuatro puertas medievales en la ciudad, pero en la actualidad sólo queda esta. La puerta gótica fue reconstruida en varias ocasiones y ahora es barroca. Dentro hay está un Museo de Armas y bajo la torre está el kilometro cero que marca la distancia de Bratislava a otras ciudades en kilometros.

Punto 0
En lo alto de la torre hay una estatua de San Miguel. De esto no me percate, pero en la misma calle esta la casa más estrella de Europa central, así que si vuelvo tendré que fijarme mejor.

Entrada ya la tarde ya era hora de acercarse a la orilla del río. Por el camino vimos la columna de la peste dedicada a la Virgen, tan comunes en Europa.

Columna de la peste
Finalmente, llegamos al río Danubio y tuvimos una gran vista del puente Nova o Nóvy Most en eslovaco. Hay cinco puentes, pero el Nóvy Most es el que más destaca y es otro símbolo de la ciudad.

Nóvy Most
 Este puente fue construido en 1972, pero entonces se llamaba el Puente del Levantamiento Nacional Eslovaco. En 1993 se cambió el nombre a Puente Nuevo (Nóvy Most) pot los habitantes de la ciudad y así era llamado cuando fui en octubre del 2011 porque en marzo de 2012 se ha votado para que el puente vuelva a llamarse el Puente del Levantamiento Nacional Eslovaco. Comenzó a ser construido en plena comunista (1967) y para ello se derribaron alguna calles, incluso una antigua sinagoga.

Puente al atardecer
 En uno de los pilares hay un ascensor como el que es posible subir a lo alto por 5 euros, pero yo no lo hice. Lo que hay arriba se lo conoce por UFO, por su forma de platillo volante, y es un mirador a la vez que un restaurante giratorio. En época comunista no se permitía subir porque los comunistas no querían que la gente divisase a Austria, un país capitalista cuya frontera estaba demasiado cerca.

Siguiendo por la orilla vimos el edificio del Museo de Historia y comenzamos a alejarnos de la orilla otra vez hacia el interior pasando por el Reduta, un edificio ecléctico construido entre 1913 y 1919 y donde suelen tener lugar eventos sociales y conciertos.

Reduta
Museo de historia

En seguida llegamos al Teatro Nacional Eslovaco construido a finales del siglo XIX donde se representan óperas y ballets. Justo en frente tiene una fuente que representa el mito de Zeus y Ganímedes.

Teatro
A esas alturas ya no quedaba mucho para coger el tren de vuelta a Budapest por lo que pegamos un último paseo por las calles del casco antiguo y paramos a tomar algo en una cafetería típica. Nos entretuvimos tanto que casi perdemos el último tren del día. Y así nos despedimos de Bratislava.



Una de las cosas que me quedó por ver y me dio pena fue Slavín que es un momumento comunista de guerra conmemorando la liberación de Bratislava por el Ejército Rojo en abril de 1945. El monumento consiste en una columna sobre una colina desde la cual se pueden tener vistas buenas desde la ciudad. Desde la propia ciudad yo vi la columna, pero estaba algo alejado del centro de la ciudad. No obstante, imagino que no llevaría tanto tiempo andando.


En resumidas cuentas, creo que Bratislava es una ciudad bonita para ver, pero quien vaya con la idea de ver una gran capital quedará algo decepcionado. Por lo que vi cuando iba en tren a Bratislava y cuando fui en bus a Polonia, lo que merece mucho más la pena son los pequeñas ciudades con sus castillos medievales.

Más fotos aquí

Ahora pongo dos videos que grabé:




3 comentarios:

  1. Excelente! estare viajando este año, sin duda la mejor guia de Bratislava que encontre. Gracias!

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  2. Estupendas fotos! Acabo de volver de Bratislava y me ha encantado

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