22 noviembre 2011

Anuncio de la ONCE

Pues mi amiga húngara Eszter me acaba de pasar un anuncio español de la ONCE, que ya habréis visto allí, pero como yo no tengo televisión española pues no había visto. En él salen sitios de Budapest.

http://vimeo.com/28923873

21 noviembre 2011

Tirar literalmente la casa por la ventana


Una cosa que me pareció bastante curiosa el otro día fue que cada vez veía más “basura” tirada por las calles alrededor de por la zona donde vivo. Al principio no le di importancia, pero a los dos días ya era impresionante. Había auténticas montañas de basura, sobre todo de muebles, colchones y otras cosas, que dificultaban mucho el paso por la calle. La gente no paraba de sacar cosas de sus casas durante esos dos días y muchos indigentes buscaban entre lo que sacaban.

Lo que más me chocó ver fue ver Oktogon, una de las zonas más neurálgicas de la ciudad y parte de la Avenida Andrassy, que es Patrimonio de la Humanidad, con esas montañas de basura. La explicación que me dieron algunos húngaros fue que dos veces al año, cada distrito, saca todo lo que viejo o lo que no necesitan y les molesta de sus casas, para que los pobres cojan algunas cosas y el ayuntamiento se encarga de recogerlo todo.  Así que, en ese momento, le había tocado al distrito VI.




Durante ese tiempo vi a gente con furgonetas y todo, llevándose lo que podían. El sábado salí con cámara en mano para grabar algunas de las montañas más impresionantes, pero ya habían retirado casi toda la basura y sólo tengo algunas fotos de mala calidad.

17 noviembre 2011

Votando desde el extranjero... fracaso total...

Hoy, día 17, era el último día que se podía votar desde el extranjero para las elecciones generales en España y, aunque he intentado votar toda esta semana, al final no me ha sido posible, ya en las elecciones generales pasadas no vote porque me faltaban dos meses para cumplir 18. Ahora es cuando me imagino a Txema dando palmas con las orejas después de insistir tanto en que no votase.

El caso es que para votar desde el extranjero hay que seguir una serie de pasos, los cuales no creo que sean muy diferentes de votar por correo en España. En primer lugar, hay que estar debidamente registrado en la embajada, cosa que es obligatoria si vas a permanecer en el país extranjero más de 60 días. En segundo lugar, un mes antes de las elecciones, tienes que hacer un papeleo para que te permitan votar por correo y un mensajero te lo entregue en mano en casa. A partir de aquí fue mi problema.

Me fui enterando de que muchos españoles habían ido ya a correos con sus votos para enviarlos a España, pero pasaba el tiempo y ningún mensajero llamaba a mi puerta, ni a mí, ni a mis compañeras de piso. Decidí ir el lunes a preguntar en la embajada y me comentaron que si no estaba en casa, lo enviaban de vuelta al correos de mi distrito y que necesitaba un código de referencia y mi pasaporte para que me lo entregasen. Para el código necesitaba llamar a la oficina del censo electoral de Cantabria para que me lo diesen, así que por intervención de Skype y mi madre lo conseguí y fui al día siguiente a correos. Después de esperar una eternidad en la cola ya que la gente estaba pagando las facturas (sí, se pagan por correo), la señora de correos me puso cara de poker en cuanto me vio hablar en inglés y, aunque intenté balbucear alguna palabra en húngaro como "angol" o "spanyol" me mandó para otra cola aún más larga. Esperé pacientemente, pero la señora que tenía justo delante se puso a mandar 214904284 cartas. Ya estaba pensando en irme y todo cuando llegó mi turno. Enseñé al señor, que hablaba más o menos inglés, el código de referencia y... no sabía que narices era eso y que no tenía nada que ver con correos. Entonces, volví a la embajada pero...¡cerrada! eran las 13:05 y cierran a las 13:00.

EL martes no era mi día, así que decidí intentarlo de nuevo ayer. Tras quedar con mis compañeras para ir a pagar las facturas a la agencia inmobiliaria, fui derecha a la embajada. Allí expliqué todo el problema y uno de los trabajadores  me acompaño en persona a la oficina de correos. La verdad es que en la embajada son bastante amables y atentos, aunque tengan un horario de atención al público bastante reducido. En correos, mi acompañante se puso a hablar en un perfecto húngaro, lo cual me sorprendió, pero la conclusión fue que tenía que ir a la oficina de Nyugati, a una parada en tranvía de allí.

Cogí el tranvía, esta vez ya sola, y allí tras esperar una cola, me aparece un chico que me ofrecía mandar unas postales y le dije que yo sólo quería recibir un sobre. Obviamente, me había confundido de planta y estaba en una cola que no era. Una vez en la planta correcta, me puse, otra vez, en una cola y cuando llegue, la señora, que tampoco sabía inglés, me mando para otra cola. Finalmente, me cogieron el código de referencia y fueron a buscar mi voto. Desgraciadamente, me dijeron que allí no estaba y que no sabían que había sido de él.

Conclusión: Mi voto desapareció de la faz de la tierra y me quedé sin votar.