20 noviembre 2013

Castillo de Visegrád (Hungría)

Empecé hablando de Visegrád en una entrada anterior y voy a continuar desde donde lo dejé cuando llegamos a la cima de la colina, donde se encuentra el castillo, a través del bosque. 

Entrada al castillo por la torre
Ya comenté algunos detalles históricos sobre este castillo en la otra entrada, así que no me entretendré demasiado con esos detalles. Alguno pensará que ¡aleluya!, pero simplemente diré que la fortaleza se construyó en el siglo XIII por Béla IV con una intención defensiva por los ataques mongoles, para proteger el Obispado de Esztergom y para tener controlada la "Duna Kanyar",o la Curva del Danubio, ya que es el punto donde el río tuerce 90º hacia el sur para pasar por Budapest.


Reconstrucciones de fuera
Esta ciudadela fue residencia real durante varios años hasta que fue abandonada con la invasión de los otomanos. A pesar de su tumultuosa historia, es el castillo medieval mejor conservado en Hungría. En el siglo XV fue abandonado por la invasión turca y en el 1701 sufrió sus mayores daños cuando Leopoldo I de Austria lo dinamitazo. 

Con Gabriele frente al castillo
El Castillo tiene una planta triangular y no es demasiado grande. Es decir, si no te detienes a escuchar la audioguía, en 15 minutos se ver perfectamente. Sin embargo, la gracia  es escucharlo y tomarse tiempo en admirar las vistas desde lo alto de la colina. Que digo yo que serán magníficas porque no lo vimos. Al principio, la niebla nos pareció una maravilla ya que daba un toque irlandés, pero en cuanto subimos y nos dimos cuenta de que no veíamos más allá de nuestras narices casi que nos arrepentimos. 

Las "magníficas" vistas
Como dije en la otra entrada, al ser fiesta nacional, la visita era gratuita, por lo que no recuerdo exactamente lo que costaba, pero me suena que alrededor de 5 euros. Los horarios tampoco los recuerdo, pero imagino que abran pronto por la mañana y que cierren sobre las 5 de la tarde como casi todos los museos en Hungría. Al menos del Palacio de Corvino nos empezaron a meter prisa a esa hora para que saliéramos.

Más reconstrucciones
Antes de entrar en el Castillo en sí, hay unas cuantas reconstrucciones de artilugios medievales y algún caballo que imagino que fuera para que los turistas pudieran palpar in situ todo aquello para poder acercarse un poco más a aquella época, pero todo estaba cerrado en ese momento. Imagino que por el mal tiempo.Hacia el final hay un mirador, que como acabo de decir, nos tuvimos que conformar con ver una bandera húngara sobre un fondo de neblina. Como no había mucho más que ver entramos al castillo que se accede por las escaleras de la torre.


En la primera sala de la torre había algunos restos arqueológicos de unos capitales, un par de maniquís con ropas de soldados de la época y una reconstrucción de los tesoros húngaros de la realeza, entre ellos la famosa corona húngara que tiene la cruz torcida. Los originales esta en el Parlamento de Budapest, pero una vez estuvieron en ese mismo castillo, junto a los tesoros polacos, cuando era sede real. En la segunda planta de la misma sala hay otro mirador a más altura y ¿qué vimos? Pues la misma neblina. Lo bueno es que había un dibujo panorámico mostrándonos lo que deberíamos ver. Así que menos daba una piedra y nos imaginamos las vistas.

Reconstrucción de los tesoros
Al salir de la torre hay un patio al aire libre y un pasillo con varias salas. Al entrar en la primera vimos más maniquís que representaban un banquete. El banquete en concreto representaba la reunión que tuvo lugar en ese mismo lugar en el año 1335 a la que asistieron el mismo Carlos I de Hungría, el rey de Bohemia que era Juan de Luxemburgo y el rey de Polonia que era Casimiro III. Los detalles de esta reunión los salto que también lo explique en la entrada anterior, así como su repercusión en la actualidad con el actual Grupo Visegrád que también se celebró aquí. 

El banquete con un panel informátivo sobre cada persona. En las tres sillas, los tres reyes que mencioné.
De todas, la audioguía explicaba muy bien todos los detalles y personas de aquella representación, pero no está disponible en español, al menos cuando yo fui. En la siguiente sala había otra representación con maniquís. Esta vez el tema iba sobre un baile.

El baile
Después de esto, volvimos a salir al aire libre y subimos una escalera para acceder a la otra torre, opuesta a la de la entrada. Desde allí, había unas vistas libre de neblina que, seguro que no eran tan impresionantes como las vistas del Danubio, pero nos conformamos. En lo alto de la otra torre había otro patio y otras dos salas a ambos lados.


En la sala de la izquierda había más maniquís y animales disecados puesto que el tema de esa sala era la caza en época medieval, así como la dieta. En la sala que quedaba había información variada en paneles en húngaro e inglés, así como diversas armas y armaduras de la época.

Armaduras, escudos y armas
Una vez vistas todas las salas, nos paseamos por los patios medio en ruinas y nos encontramos una picota para hacer la foto de rigor. Comimos los bocadillos que nos habíamos traído de casa y ya visto todo en el castillo nos salimos para poner rumbo al Palacio de Matías Corvino.

La picota
Aquí empezó nuestra pequeña tortura porque, en vez de volver por el bosque, pensamos que sería más rápido ir por la carretera como hacían los autobuses turísticos. Pasamos tanto frío y caminamos tanto por una carretera rodeada de bosque sin saber si íbamos por el camino adecuado que cuando llegamos otra vez a la civilización de Visegrád tuvimos que parar para tomarnos un chocolate bien caliente antes de seguir.


Dejo el vídeo que grabé del Castillo:

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