Como bien dice el título,
mi Erasmus ya tiene fecha de caducidad, el 21 de junio, dentro de exactamente
un mes. Al principio, mi intención era irme lo más tarde posible en junio para
aprovechar para viajar ya que he acabado todos los exámenes y trabajos y sólo
me queda una nota por conocer. No obstante, ya muchos se han cogido el vuelo
temprano, incluidas mis compis de piso, así que decidí volver a España con
ellas ya que no quiero que al final me quede una sensación de vacío en
Budapest.
Por un lado, desde que
compré el billete de avión cierto cierta nostalgia y me entran muchas ganas de
volver, pero, por el otro lado, esta vez no es como en Navidades, que volví a
casa muy contenta, pero sabiendo que volvería a Hungría más meses. Esta vez me
voy definitivamente y siento que aún me queda mucho por ver de Hungría y la
propia Budapest, algo que intentaré hacer en mayor o menor medida en el mes que
queda.
Una de mis mayores
preocupaciones ahora son las maletas y los pisos. Si hay algo que he aprendido
es que no merece la pena llevar tanta ropa en la maleta por muy necesaria que
parezca y para volver a España ahora me sobran kilos por todos lados, pero
bueno, ya me las arreglaré.
En definitiva, me voy a
dedicar a mi mayor preocupación en estos momentos. ¡Este último mes me voy a
dedicarlo a disfrutarlo al máximo!
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